El Okyu es una técnica tradicional de moxibustión japonesa que utiliza pequeñas porciones de moxa, del tamaño de un grano de arroz, aplicadas cuidadosamente sobre puntos específicos del cuerpo. Al encenderse, el calor se introduce de manera profunda y precisa, estimulando los puntos de acupuntura, activando el sistema nervioso parasimpático y relajando los tejidos. Esta acción promueve la circulación, equilibra la energía vital y desencadena procesos naturales de bienestar, relajación y regeneración.

Los efectos del Okyu sobre la sangre y el sistema inmunitario son notables. Los glóbulos blancos se incrementan rápidamente, fortaleciendo las defensas frente a infecciones, mientras los fagocitos se activan para eliminar bacterias y restos celulares. Al mismo tiempo, los glóbulos rojos y la hemoglobina mejoran la oxigenación de los tejidos, y las plaquetas favorecen la coagulación y la recuperación del cuerpo. También contribuye a regular la glucosa, aportando energía equilibrada, y promueve el metabolismo del calcio, fortaleciendo huesos, músculos, corazón y sistema nervioso.

Su práctica constante ayuda a acelerar la recuperación, reducir dolores musculares y articulares, liberar tensiones y aumentar la vitalidad general.

Es un método seguro, preciso y profundamente eficaz que potencia la capacidad natural de autocuración del cuerpo, ofreciendo bienestar físico y emocional de manera integral.